El discurso de odio y algunas de sus manifestaciones, como el racismo, la exclusión de minorías étnicas, la xenofobia, el discurso antiinmigrante, o bien, la intolerancia religiosa, los fundamentalismo, la violencia política o de género, el terrorismo, la discriminación por preferencias sexuales, el financiamiento ilícito, la corrupción, la supresión de derechos fundamentales de determinados grupos sociales o en general, el desprecio a los principios y libertades de la democracia - formal y sustancial - como vías para acceder al poder, son algunos de los grandes problemas de las democracias actuales - principalmente aquellas que surgieron con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial - y de los cuales se han ocupado diversos gobiernos del orbe al considerarlas atentatorias de los derechos y libertades que reconoce un sistema democrático: son en suma, practicas antidemocráticas.