Son varias las cosas de la vida que nos hacen felices: andar en bicicleta por un bosque bien poblado de árboles, jugar a las ´escondidillas´, recibir como regalo el juguete que hemos visto u y otra vez en los aparadores de las tiendas o compartir lo mejor que tenemos con persos que no lo tienen, como lo hace El principe feliz. En estas págis descubrirás que u inquieta golondri que volaba en bandada rumbo a Egipto para vivir allí durante el invierno, encuentra, mucho antes de llegar a su destino, la calidez y el cobijo buscados en u muy bella escultura que adorba la plaza de u pequeña ciudad. Es la estatua de El príncipe feliz, con quien la golondri viajera establece u hermosa amistad, gracias a la cual hacen también felices a otros persojes igualmente encantadores que desfilan a lo largo de este célebre relato.