Trashumante preciso». La obra de este prolífico y chispeante escritor se inserta entre quienes decantan al mundo con sus observaciones agudas. José Alvarado Santos, Pepe Alvarado para los contemporáneos, depuró estilísticamente la barrera insoldable entre el periodismo y la literatura. Sus crónicas publicadas a lo largo del siglo XX en diferentes medios impresos son exámenes a conciencia de un viajero del tiempo. De un enamorado de la nación mexicana. Bohemio amante apasionado de las conversaciones y el lúpulo interminables, nutrido en la Universidad de la Vida, en las ámpulas de las calles, prosigue firme en la construcción del periodismo literario mexicano.